jueves, 14 de abril de 2016

la cocina bilbaina



Proceso de instalación de la cocina.

Condenada a la chatarrería, decidí rescatarla en la obra de reforma que mi  vecina María había emprendido en su cocina. Pasó en mi casa varios años acumulando polvo, pero con todas sus piezas cuidadosamente guardadas, hasta que finalmente decidí instalarla en una antigua cuadra de ganado con el doble motivo de evitar que se perdiera definitivamente y con el reto de conseguir ponerla en funcionamiento. En mi infancia, recuerdo que a veces se me permitía cargarla de leña, encenderla o limpiarla de ceniza: en aquella época los niños también trabajábamos, en cierta medida, en tareas del hogar, en el cuidado del ganado y en las tareas de labranza como algo natural. Aunque estos recuerdos los conservo muy vivos,  nunca se me ocurrió pensar en cómo estaba diseñada la cocinilla por dentro, cuál era el sistema de tiro. Ahora, muchos años después, entiendo porqué su funcionamiento es tan eficiente, hasta el punto de denominarla cocina económica.


Comencé por documentarme en internet, hoy día casi todo está en la red, encontrando incluso los manuales de instalación de Hergóm, y a base de leer páginas Web, mi primera sorpresa fue comprobar como el arranque de la chimenea no estaba en línea con el hogar, sino más a la derecha y bastante más abajo, a nivel del suelo.

También tuve la suerte de comprobar esta circunstancia en una casa abandonada, en la cual habían arrancado la cocinilla. Finalmente, encontré la página  del denominado tío Joaquín http://eltijoaquin.blogspot.com.es/2013/07/instalacion-de-una-cocina-economica.html , el cual,  con muy buen acierto, ofrece un  reportaje documental de  cómo fue instalándola paso a paso.

Cuando tomo yo la decisión de instalarla, sigo ese ejemplo y realizo un reportaje fotográfico de los pasos seguidos, incluyendo un vídeo con el posterior encendido de la cocina.
Cierto es que las cocinas bilbaínas tenían la chimenea empotrada en la pared, en mi caso la pared rústica de pizarra no me permitía hacer una roza para empotrarla, con lo cual tome la decisión de construirla de forma adosada al muro. Es importante disponer de ladrillos refractarios que aguanten bien la llama y el calor, pudiendo usar el ladrillo hueco normal en aquellas zonas que no van a estar expuestas a altas temperaturas. Cabe señalar la importancia de utilizar cemento refractario. Para preparar el mortero use la tradicional mezcla de cinco partes de arena por una de cemento, eso sí, siempre fui un poquito más generoso con el cemento.
Sobre plataforma se hace un primer replanteo
utilizando ladrillos como guía.


Es importante tomar bien las medidas de largo y ancho, así como la  altura de la boca del cenicero y  del hogar. Para la sección  de la chimenea, me deje llevar por el sentido común, en función del tamaño de los ladrillos, decisión que debió de ser la correcta a juzgar por el perfecto funcionamiento de la  cocina, sin hacer nada de humo y pudiendo regular convenientemente la velocidad de combustión con la puerta del cenicero.
base de apoyo al cenicero y alzamiento
de chimenea.



En primer lugar construí una plataforma de cemento donde apoyar el conjunto, trazando a lápiz el espacio que ocupa la cocina y haciendo un previo planteamiento de la chimenea y de los laterales de la cocina con los ladrillos que se van a usar para su construcción.

Hay tener presente que el arranque de la chimenea va a nivel de la plataforma, o del suelo en su caso, colocada a la derecha del hogar y centrada con la posición de la caja del horno. El horno, en su parte inferior, tiene una chapa para su apoyo, si no fuera así se colocaría un ladrillo sencillo de forma longitudinal para sujetarlo. Llegados a este punto, se presenta la cocina comprobando su correcta nivelación y seguidamente se va levantando la chimenea y la superficie de apoyo del cenicero hasta una altura que vendrá marcada por la parte inferior de la puerta de retirada de cenizas, dejando este nivel al mismo ras, sin escalón, para facilitar la posterior limpieza de la ceniza.

Se van levantando las paredes laterales hasta la altura en que va la parrilla metálica. Esta altura viene definida por la puerta del hogar, destinada a cargar la leña. La parrilla lleva dos apoyos de hierro fundido en forma de ángulo, uno junto a la puerta y otro al fondo, cuya posición viene definida por la longitud de las parrillas , que van superpuestas sobre los apoyos y son fácilmente extraíbles. En mi caso tome la decisión de alargar un poco más el hogar usando clavos de hierro, tal y como puede apreciarse en la fotografía.

Al llegar a la altura del hogar se colocan
 los apoyos para la parrilla
Colocada la parrilla se sigue levantando la pared del hogar con ladrillos refractarios: la parte izquierda   hasta la altura donde irá la placa horizontal de hierro fundido y la derecha quedará un poco más baja, si llegar a la altura del horno, para construir una salida curva de la llama, que irá progresando entre la placa y la chapa superior del horno.
Los ladrillos adosados a la pared del horno
se coronan con un borde de cemento que
suaviza el flujo de la llama sobre la
pared del horno.
Igualmente habrá que levantar la pared del fondo de la cocina y el lateral derecho. El horno debe quedar totalmente sellado a la pared del fondo, en este caso con la pared de la chimenea, para conseguir que la llama del hogar vaya hacia la derecha, sobre la chapa del horno, baje por la pared lateral y recorra la parte inferior del horno hasta encontrar la boca de salida de la chimenea. Nótese que la llama habrá ido envolviendo en un bucle la chapa del horno, calentándola hasta llegar a la chimenea habiendo liberado en este recorrido casi todo el calor, tanto en la placa de la cocina como en la pared del horno, antes de comenzar el ascenso del humo por la chimenea.
Cuando toda la obra de ladrillo se ha levantando hasta la altura que marcha la pared exterior de la cocinilla y nivelado perfectamente, es el momento de colocar la placa de hierro de la cocina. Esta es sin duda la operación más delicada. En mi caso, cuando estuvo perfectamente nivelada, puse un cordón generoso de masilla refractaria sobre la cual apoye
Instalada la placa se presenta el registro
de chimenea 
la placa quedando sellada. -Días después, realice un sellado por todo su contorno antes de proceder a encenderla por primera vez. Resulta especialmente importante este sellado, si hay fugas la cocina no tendrá tiro, y saldrá el humo a través de ellas. La observación en el primer encendido nos dirá donde están situadas las fugas y procederemos a un ulterior sellado-.
Posteriormente habrá que seguir levantando la chimenea colocando el registro. Yo decidí situarlo con el arranque a unos 8 cm de la placa, pero creo que esta altura no tiene especial relevancia. La puerta vertical de registro servirá para el necesario deshollinado después de varios años de uso continuado. También dispone de una ranura horizontal donde va introducida placa horizontal que puede regular el tiro de la chimenea. En mi caso comprobé que esta placa era innecesaria, y sólo cuando selle esta ranura, la cocina entró en un funcionamiento perfecto. Por encima del registro instalé la embocadura de una chimenea metálica de acero, al objeto de simplificar la obra de la chimenea y la eleve con dos tramos por encima del tejado, aproximadamente 2,5 m en el exterior y 1, 5 m en el interior. La altura de la chimenea es muy importante en función de la altura de las edificaciones que puedan existe en el entorno.

Finalmente, procedí a una primera limpieza, usando un cepillo de alambre adaptado a un taladro eléctrico, con el objeto de  devolverla algo de  prestancia y que pudiera lucir ese encanto que bien sabemos apreciar aquellos que nos gusta la cultura de lo vintage.
La cocina bilbaína es un claro ejemplo de eficiencia energética y sostenibilidad, imprescindible en todos los hogares del mundo rural hasta que, en los años 70,  quedó relegada por la modernidad que representaban las cocinas de gas butano, las cuales aportaban mayor limpieza y comodidad a la tarea diaria de cocinar los alimentos.



Aquí dejo un vídeo con el encendido de la cocina, una vez terminada, con el tubo metálico de la chimenea.



Marca del fabricante que le da el nombre de bilbaína